Después del verano y unas merecidas vacaciones, Natxo Sellés vuelve con las pilas cargadas, la mente abierta a cambios y nuevas creaciones. Dejamos atrás la estación estival y damos la bienvenida al Otoño y aunque el tiempo no nos acompañe y parezca que se esté haciendo de rogar, los fogones no paran. Nuestra cocina es como una olla a presión a punto de explotar, vamos a dar el máximo y es que nos encanta esta época del año: guisos, legumbres, setas, caza… Un abanico de posibilidades las cuales no vamos a dejar escapar. Y sí, huele a cambios, muchos cambios que esperamos no sólo los disfrutéis, sino también, los compartáis con nosotros porque vosotros sois el fruto de ellos.
Os preguntareis, de dónde surgen todas estas ideas y es que no es un proceso fácil. No vale tener un plato en mente, ejecutar y listo, es más complicado que eso. Primero tenemos que hacernos varias preguntas.
¿Qué platos son los favoritos de la carta? ¿Por qué? ¿Tradición o nuevas culturas? ¿Puedo combinar ambas?
Estas son algunas de las preguntas, después debemos experimentar. ¿Cómo? probando, probando y probando. En esos momentos nuestras papilas gustativas son un baile de emociones: del dulce al ácido, del amargo al salado, del picante al umami… Ojos cerrados y que nadie nos hable, somos nosotros y el plato, seremos uno durante unos minutos y ese momento es mágico, de ahí el placer del saber sentir, de que cada sabor recorra tu boca sabiendo identificar cada matiz, disfrutando al mismo tiempo de su aroma y sin perder detalle absolutamente de nada.
Os va a parecer exagerado, pero sólo así Natxo Sellés es capaz de transmitir tanto en cada uno de sus platos, porque no sólo los crea, sino que los siente y los respeta.